lunes, 12 de noviembre de 2007

Remontada innecesaria

Salvó tres puntos el Racing el pasado sábado en casa ante uno de los colistas del campeonato, el Futbolmanía Ollé-Bertrán. Los racinguistas volvieron a cometer los mismos errores que en partidos anteriores: desconcierto en defensa y una salida del balón muy estática, a lo que hay que sumar dos errores de Walfri, que suele ser un seguro bajo palos.

En los primeros diez minutos el Racing pudo poner un 3-0 fácil en el marcador, ya que Jordi tuvo dos claros uno contra uno que no materializó, pero sí lo haría Óscar a pase de Soler, que marcaba el primero de la tarde en el minuto siete. Después del gol, los racinguistas volvieron a mostrar su peor cara sorteando balones desde la defensa, debido a la poca movilidad que ofrecían sus jugadores. Fue entonces cuando, con la ayuda de la diosa fortuna, un jugador del Ollé-Bertrán disparó a puerta desde el medio campo y Walfri hizo la vista gorda a un balón que, en principio, no llevaba ningún peligro. El inesperado empate fue un toque de atención para los racinguistas, que no ofrecieron respuesta hasta la segunda parte.

En los restantes 25 minutos salieron los de la Creueta con el mismo empuje que consiguieron remontar el partido anterior contra el IPSE. Un juego más dinámico y con mayor movilidad hacía pensar en que los racinguistas romperían fácilmente el empate, pero la historia fue otra. Un balón bombeado desde la defensa de los de Ollé Bertán no fue despejado por Walfri en una salido en falso y el jugador visitante marcó a placer. Futbolmanía se ponía por delante en el marcador en el minuto cinco de la segunda mitad, un resultado que no entraba en las quinielas. Había tiempo para remontar y se hizo. Sobre el minuto diez Jordi daba el pase de la muerte a Óscar que entró con todo al segundo palo. Respiraron más tranquilos los locales, pero sabían que no podían dejar perder ni un punto en este enfrentamiento, y no lo hicieron, porque en el minuto 18 Soler con un trallazo desde la frontal ponía el 3-2 en el marcador. La remontada ya era una realidad, pero faltaba asegurarla. Quedaban siete minutos, en los que el Racing pudo marcar otro gol, pero se centró en defender su portería, que, prácticamente, solo había sido inquietada en todo el partido por los dos goles.

Al final, una remontada de la que ningún jugador acabó orgulloso. Ya que este partido, en principio, el Racing lo tendría que haber resuelto con facilidad. Pero no fue así, lo que demuestra que en el fútbol nunca hay un guión escrito y, a menudo, toca improvisar. Aunque, actuaciones como las del sábado es mejor que no se repitan, por el bien del Racing.

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