martes, 27 de noviembre de 2007

El Racing cae en un bache peligroso

El Racing no está en crisis, pero sí atraviesa un bache importante. Así se constató el pasado sábado en el campo de la Creueta, donde los racinguistas perdieron su segundo partido consecutivo, esta vez contra el Millennium. Cierto es que pudieron remontar el marcador hasta en dos ocasiones, pero los errores defensivos les condenaron.

La primera mitad tuvo poca historia. Por parte de los locales, numerosos chutes lejanos de Víctor que nunca encontraron puerta y un par de unos contra uno que el portero rival pudo abortar con facilidad. Lo mismo que el Millennium, que no hizo mucho más, pero sí supo materializar dos ocasiones que en principio no tendrían que haber acabado en gol.

La segunda parte ya fue otra historia. El Racing mejoró y en el minuto cinco Guillem ponía el 1-2 en el marcador después de que Jordi engañara al portero dejando pasar el balón entre sus piernas. Pero rápidamente el Millennium contrarrestó el gol en un contrataque en el que Ivan se quedó vendido. Quedaba aún mucho partido y los chicos de Fernando no bajaron los brazos, por lo que cerca del minuto 15 se volvieron a meter en el partido gracias a una gran volea de Soler, después de que Guillem picara una falta rápidamente. El Racing creía en la remontada, pero una falta al borde del área picada por los visitantes que rebotó en varias piernas terminó con sus esperanzas y sentenció el partido. O eso parecía a falta de cuatro minutos para el final, cuando Jordi remachaba a la red un pase de la muerte de Óscar. Al final, el gol solo sirvió para maquillar una dolorosa derrota.

Nuevamente los errores defensivos fueron el peor aliado del Racing, que, en cambio, demostró que cuando quiere, juega. En cuanto a la clasificación, los racinguistas bajan hasta la sexta plaza, aunque esta es una posición engañosa, ya que están a tres puntos del primero. Parece entonces, que todo está en un puño por la zona alta.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Ningún factor invitó a ganar

Seis jornadas han tenido que jugarse para que el Racing perdiera su primer partido. Fue en casa del Montsant, un campo hostil y con un ambiente muy caldeado que no ayudó nada a que los racinguistas levantaran el marcador adverso del inicio. Además, tuvieron muchas bajas, hecho que permitió mover muy poco el banquillo.

La primera parte del Racing fue para olvidar. Como vulgarmente se suele decir, los racinguistas salieron con la “caraja” y recibieron dos goles antes del minuto diez en dos jugadas de debilidad defensiva. El 2-0 se puso en el marcador y solo un palo de Guillem en una falta lanzada el último segundo de la primera parte pudo maquillar el mal resultado y la paupérrima imagen ofrecida. Por tanto, como viene siendo costumbre en los últimos enfrentamientos, los racinguistas tenían que remontar y sacar la garra después del descanso.

Y no decepcionaron. El Racing salió con más fuerza en la segunda parte, tuvo más el balón y disparó más a puerta. La actitud tuvo su recompensa antes del minuto 10, cuando Sergi remataba a placer un córner picado por Jordi. Quedaba tiempo y la remontada era factible, pero los racinguistas se estrellaron una y otra vez contra el portero del Montsant y, de nuevo, con el palo en dos ocasiones. Entonces se cumplió la máxima futbolísitica de quien perdona acaba regalando, y el Montsant puso el 3-1 en el marcador en un contraataque de un jugador rival, al que los jugadores del Racing hicieron internacional, a causa de la poca contundencia defensiva. Quedarían prácticamente 8 minutos para acabar el partido, el ambiente estaba muy caldeado ya que la afición increpaba a los jugadores visitantes y el entrenador del Montsant se quejó al árbitro de que en el banquillo visitante había más personas de las permitidas. Este incidente duró unos cinco minutos, que el árbitro no descontó al final. Un árbitro que estuvo todo el partido condicionado por el miedo escénico, y como consecuencia de ello pitaba todo a favor de los locales.

Así se escribe la primera derrota del Racing en esta temporada. Tres puntos perdidos por culpa del mal juego que viene arrastrando el conjunto racinguista en las tres últimas jornadas, por la mala actuación del árbitro, por la falta de efectivos y por el ambiente hostil del campo del Montsant. Pero el Racing sigue estando arriba, gracias a los pinchazos de los equipos de la zona alta de la clasificación.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Remontada innecesaria

Salvó tres puntos el Racing el pasado sábado en casa ante uno de los colistas del campeonato, el Futbolmanía Ollé-Bertrán. Los racinguistas volvieron a cometer los mismos errores que en partidos anteriores: desconcierto en defensa y una salida del balón muy estática, a lo que hay que sumar dos errores de Walfri, que suele ser un seguro bajo palos.

En los primeros diez minutos el Racing pudo poner un 3-0 fácil en el marcador, ya que Jordi tuvo dos claros uno contra uno que no materializó, pero sí lo haría Óscar a pase de Soler, que marcaba el primero de la tarde en el minuto siete. Después del gol, los racinguistas volvieron a mostrar su peor cara sorteando balones desde la defensa, debido a la poca movilidad que ofrecían sus jugadores. Fue entonces cuando, con la ayuda de la diosa fortuna, un jugador del Ollé-Bertrán disparó a puerta desde el medio campo y Walfri hizo la vista gorda a un balón que, en principio, no llevaba ningún peligro. El inesperado empate fue un toque de atención para los racinguistas, que no ofrecieron respuesta hasta la segunda parte.

En los restantes 25 minutos salieron los de la Creueta con el mismo empuje que consiguieron remontar el partido anterior contra el IPSE. Un juego más dinámico y con mayor movilidad hacía pensar en que los racinguistas romperían fácilmente el empate, pero la historia fue otra. Un balón bombeado desde la defensa de los de Ollé Bertán no fue despejado por Walfri en una salido en falso y el jugador visitante marcó a placer. Futbolmanía se ponía por delante en el marcador en el minuto cinco de la segunda mitad, un resultado que no entraba en las quinielas. Había tiempo para remontar y se hizo. Sobre el minuto diez Jordi daba el pase de la muerte a Óscar que entró con todo al segundo palo. Respiraron más tranquilos los locales, pero sabían que no podían dejar perder ni un punto en este enfrentamiento, y no lo hicieron, porque en el minuto 18 Soler con un trallazo desde la frontal ponía el 3-2 en el marcador. La remontada ya era una realidad, pero faltaba asegurarla. Quedaban siete minutos, en los que el Racing pudo marcar otro gol, pero se centró en defender su portería, que, prácticamente, solo había sido inquietada en todo el partido por los dos goles.

Al final, una remontada de la que ningún jugador acabó orgulloso. Ya que este partido, en principio, el Racing lo tendría que haber resuelto con facilidad. Pero no fue así, lo que demuestra que en el fútbol nunca hay un guión escrito y, a menudo, toca improvisar. Aunque, actuaciones como las del sábado es mejor que no se repitan, por el bien del Racing.

domingo, 4 de noviembre de 2007

El Racing y la ley de la perseverancia

El mejor partido del Racing llegó, paradójicamente, con el primer empate. Los racinguistas cosecharon un punto en el campo del IPSE, a base del orgullo, del sacrificio y de la perseverancia de la que se impregnó todo el equipo en la segunda parte. Sin duda, fue una demostración de que este equipo es más maduro de lo que muchos pensaban.

No empezaron muy bien el partido los racinguistas, seguramente porque se encontraron delante a un rival duro y muy bien situado. Durante gran parte del primer tiempo el IPSE fue superior pudiendo aumentar el gol que marcaron sobre el minuto diez en una falta. Pero a falta de ocho minutos para el descanso, Guillem bombeó un balón para Albert Llimós que con un perfecto control superó la salida del portero rival y marcó a placer. Quizás ese hubiera sido un buen momento para que el árbitro hubiera pitado la media parte, ya que en ese instante el 2-1 estaba más cerca que cualquier otro resultado. Pero el Racing aguantó el empate hasta el 25 de la primera.

La segunda parte ya fue otra historia, y el Racing fue a por la victoria desde el primer hasta el último minuto. Tanto es así, que el IPSE se acabó encerrando en su propio campo, en el que tuvo que defender más de diez claras acciones de gol. Pero cuando corría el minuto diez, un contragolpe de los locales puso el 2-1 en el marcador. Un tanto que no cortó las alas al Racing, sino que le dio más fuerzas y razones para seguir buscando el gol, que llegaría a falta de siete minutos para el final con un fuerte disparo de Jordi por el primer palo, después de recortar a un defensor en banda.

Pero el partido no murió allí y el Racing pudo llevarse la victoria en varios remates de córner que se estrellaron uno tras otro en la zaga rival y en su portero. Al final, un punto para cada equipo en un duelo que dejó muchas notas positivas y una negativa: la lesión de Albert Llimós.