domingo, 21 de octubre de 2007

El Racing de Doctor Jekyll y Mister Hyde

La famosa obra de R.L Stevenson como el símil perfecto de lo que fue la segunda victoria del Racing, la primera en casa, frente al CMX 1904. La obra tuvo dos actos: el primero fue representado por el Racing del Dr. Jekyll, ese que juega ordenado y con la cabeza, tiene salida de balón, le crean pocas ocasiones y marca goles; y en el segundo entró en escena Mister Hyde con constantes pérdidas de balón, mal posicionado sobre el campo, individualista y dejándose crear mucho peligro en su área. Eso fue, la primera y la segunda parte, respectivamente.

Empezó el partido con dos claras ocasiones de uno contra uno de Óscar que pudo salvar el portero, hasta que cerca del minuto diez Albert Llimós abrió la lata con una gran jugada individual por banda que acabó con el balón en el fondo de la red. En esos instantes el Racing creaba peligro y movía muy bien la pelota. Luego, como consecuencia de este buen juego, llegaron, de jugada trenada, el segundo y tercer gol, marcados por Monra y Joan, respectivamente. Así terminó la primera parte, y ahí desapareció el Racing del Dr. Jekyll. Bien, quizás fue en el primer minuto de juego de la segunda, cuando Jordi cruzaba un balón imposible para el portero al remachar un pase picado de Llimós.

A partir de ese insatante el partido enloqueció, en parte porque los racinguistas no supieron calmar un partido que ya tenían ganado. Aunque no hay que quitarle méritos a la reacción del CMX, que siempre intentó irse arriba y hasta creó numerosas ocasiones de gol, que una terminaría al fondo de la red, pero el tanto no subió al marcador por un supuesto juego peligroso del jugador rival sobre Ivan. Pero si algo demostró esta segunda parte es que a los racinguistas les cuesta mucho sacar el balón si les someten a una fuerte presión en su propio campo. Hecho que aún se acrecentó más debido a los malos cambios del entrenador, que situó durante casi diez minutos sobre el campo a los jugadores más individualistas del equipo, como son Monra, Joan, Chinchi y Soler, de los cuales ninguno es cierre natural.

En todo caso, dos actos para recordar, uno para saber cómo hay que jugar, y otro para pulir defectos. Y dos lesiones: la de Iván en el dedo en la jugada del gol anulado y la de Víctor, que no pudo jugar debido a unas molestias en los abductores cuando calentaba.

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